jueves, 11 de septiembre de 2008

Chile se sube a la pelea con una gran goleada (hace solo 4 hrs.)


El festejo contenido de Marcelo Bielsa en el tercer gol chileno fue una postal de la tensión del post Brasil. Un grito tímido, pero grito al fin, de un hombre al que no se le conocían alegrías públicas. El siguiente desenfreno del coach tras el acierto de Matías Fernández -el cuarto de la Roja, después de una lucida jugada entre Estrada, González y Vidal- fue sin caretas y reveló el desahogo de un vestuario vapuleado tras la jornada ante el Scratch.La Roja ayer se levantó de la hoguera y zafó de todas las amarras propias, porque cada desborde de Mark González en el complemento -frente al veloz Luis Amaranto Perea- era un grito de rebeldía y el derechazo que encajó el Mati fue una ofrenda para el palco de la reticencia.Lo mejor de Chile en las presentes eliminatorias. Lo sufrió Colombia, un equipo que en siete jornadas sólo le habían marcado tres veces y anoche, en 90', se llevó cuatro.¿Hizo magia Bielsa? No, pero ratificó las convicciones de un modelo cuando las circunstancias aconsejaban la prudencia, estación previa al miedo.En lo futbolístico, hizo los retoques suficientes para ganar en consistencia: repitió la línea defensiva que jugó en La Paz -Gary Medel, Gonzalo Jara e Ismael Fuentes- y reubicó al atribulado Marco Estrada, que demostró que puede quitar mucho sin ir al suelo y además distribuir con sabiduría.También confirmó al cuarteto ofensivo, aunque varios de ellos venían con débito como para esconderse. No lo hicieron. Apareció Humberto Suazo haciendo lo que mejor hace: convertir -aprovechó una duda fatal de Aquivaldo Mosquera-, alcanzando en la tabla de artilleros en eliminatorias a los ilustres Carlos Caszely y Juan Carlos Letelier (también con 4).Era una noche para demostrar carácter, porque en la frialdad de Ñuñoa estaba prohibido hacer algo mal. El público casi se comió a Roberto Cereceda cuando a los 23' el colocolino decidió devolver la pelota a la zona defensiva. Nadie se apartó de la ruta y hasta Vidal y Medel fueron ordenados.Tras el nervio del comienzo y espoleado por los dos goles iniciales -el primero de Jara tras asistencia de Medel y el segundo obra de "Chupete"- el equipo logró un volumen de juego que muy pocos muestran en el campo de las urgencias premundialistas.

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